Grietas en el oligopolio eléctrico: la cuota de independientes crece el 50% en un año

  • En el primer trimestre de 2018 cambiaron de comercializadora 876.363 clientes y el 22,3% eligieron compañías distintas a las cinco grandes
Gráfico empresas eléctricas independientes.
Gráfico empresas eléctricas independientes.

El mercado eléctrico camina por la senda de la competencia y la liberalización desde el año 1997 (ley 54/1997), con hitos importantes como la libre elección de suministrador desde el año 2003. Sobre el papel, hay un mercado plenamente liberalizado. En la práctica, las grandes compañías -Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, EDP España y Viesgo- controlan el mercado en más de un 80%. Pero los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) revelan cambios acelerados. El tan criticado oligopolio se resquebraja.

Son datos del primer trimestre de 2018: las comercializadoras independientes -hay más de 200 constituidas- sin relación con los grandes grupos, han alcanzado una cuota del 22,3% entre los clientes en baja tensión que han decidido cambiar de compañía. Sus ofertas han convencido a 195.838 clientes de los 876.363 que mudaron de empresa entre enero y marzo. 

Hace un año, las empresas independientes sólo captaban el 14% de los usuarios más inquietos. Es un cambio de tendencia notable. En un año, la cuota ha subido un 50%. El oligopolio empieza a mostrar grietas en la fachada. En total, las comercializadoras que no pertenecen a un grupo integrado verticalmente como Endesa, Iberdrola, GNF, EDP (incluida CHC) y Viesgo daban servicio a más de 1,7 millones de puntos de suministro al cierre del primer trimestre.

Dos décadas de apertura teórica

Pese a todo, la cuota de las comercializadoras en el mercado eléctrico liberalizado, después de 20 años de apertura teórica es aún muy pequeña. Con datos de la CNMC, en el último trimestre del pasado ejercicio, las comercializadoras independientes apenas superaban el 9% del mercado. Pero el crecimiento de los últimos meses es importante. Las grandes compañías lo notan y, entre otras cosas, han aumentado su presencia publicitaria en los medios de comunicación.

Un ejemplo de hasta qué punto ha llegado el cambio es el contrato de suministro adjudicado por el Ayuntamiento de Madrid a la compañía Holaluz. La empresa ganó tres de los cuatro lotes del contrato de suministro de electricidad con energías renovables -82 millones- que puso en marcha el Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena. Se enfrentó con éxito a las grandes que pelearon en los tribunales para impedir que el Ayuntamiento exigiera suministrar sólo electricidad de origen renovable para optar al contrato.

Energía renovable y tecnología son las claves. Empresas independientes de los grandes grupos como Holaluz, Podo o Gesternova están mostrando el camino a seguir. Podo nació en 2016. Fue fundada por Eugenio Galdón (37,5%) y Joaquín Coronado (37,5%) y está participada (25%) por Galp. Es la primera empresa del sector que opera y se gestiona íntegramente en la nube y tiene un acuerdo tecnológico con Google y Salesforce. En un año, la oferta de energía renovable y precios a medida, ha atraído a 20.000 clientes.

Cara y cruz

Holaluz, Podo o Gesternova son la cara de un sector -la comercialización por independientes- que tiene también su cruz. Aunque la vigilancia se estrechó a partir de 2016 y se aprobaron cambios regulatorios, la proliferación de comercializadoras "pirata" todavía es un  problema. Un problema caro, además. Han provocado deudas de en torno a 100 millones que han tenido que asumir el resto de agentes que participa en el mercado eléctrico en proporción al volumen de energía comerciada. Al final, acaba por repercutir en las tarifas de los clientes.

Queda mucho camino por recorrer porque en el complejo mercado eléctrico se mantienen muchas inercias y desconocimientos. La CNMC lo refleja en sus informes. Hasta un 40% de los hogares no sabe qué tipo de tarifa eléctrica tiene contratada. Más: entre los hogares que declaran tener una tarifa con discriminación horaria, un 88% tiene en cuenta la diferencia de precios en distintas horas del día en sus hábitos de consumo; en cambio, solo un 40% de los hogares que tienen una tarifa por horas con contador digital adaptan sus consumos para disminuir la factura.

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